Adoro Londres. Me encanta caminar entre los miles de tópicos y símbolos british que me son tan reconocibles desde mucho antes de que viajara allí por primara vez hará unos tres años. Fijáos si debió gustarme que, desde entonces, al menos una vez al año regreso a la capital inglesa con la más mínima excusa. El Big Ben, Buckhingham Palace, Hyde Park, Picadilly Circus, Tower Bridge, Leicester Square o el paso de cebra de Abbey Road son lugares tan cotidianos para todos que no es necesario haber salido de casa para saber perfectamente cómo son y lo que significan. Pero el post de hoy no va dedicado a ellos, ni mucho menos. En esta ocasión quiero centrar la mirada en otro lugar que simplemente me fascina, Camden Town Market. Muchos lo conoceréis en persona, otros estaréis a punto de verlo por primera vez e incluso habrá quien no sepa de la existencia del mercado con más personalidad de Londres. Es mucho más que todo eso. Tribus urbanas, música Punk, Rock, Metal o incluso Brit Pop, crestas, botas Martens, cazadoras de cuero, comida thailandesa, olor a curry, tatuajes y anillos en la nariz…son siempre bienvenidos en Camden.
Os propongo que hoy tomemos juntos uno de los muchos vuelos Low Cost que salen dirección Londres, nos subamos a la Northern Line de metro y pongamos nuestros pies en Camden High Street para encontrarnos de repente en una mañana cualquiera de domingo en la que la lluvia fina no impide que nos metamos de lleno en un laberinto de psicodelia y remover en cada uno de nuestros pasos los setenta, los ochenta y los noventa. Londres será nuestra Gran Babilonia. Presenciaremos más de mil maneras de ver la vida en un solo lugar.
CAMDEN ES MÁS QUE UN MERCADO
En 1974, cuando unos cuantos hippies de Camden sacaron a la calle pequeños puestos donde vender artesanía y ropa, absolutamente nadie podía intuir que décadas después sean más de 100.000 personas las que acudan cada fin de semana a este peculiar barrio del norte de Londres. Ni que se creara una atmósfera semejante que fuera capaz de abrazar de igual modo a un gafapasta fanático de Blur o Suede que a un gótico que se pinta la raya de los ojos o a un punky con una cresta roja y ocho pendientes en cada oreja. Hoy en día Camden es un punto de encuentro de tribus urbanas que desean reafirmarse ante los demás al son de la música y, sobre todo, de la estética plasmada en su peculiar vestimenta, carátula de más géneros de los que creo estar al corriente.
A un lado y otro de Camden High Street los edificios de ladrillo son una composición de colores nada monocordes. En sus fachadas bien cabe un avión boca abajo que unas zapatillas gigantes o unas piernas apretadas por un pantalón negro que simula el cuero. Todo vale con tal de ser el más atrevido y atractivo a la vez. Porque cada tienda es un reclamo diferente hecho para gente diferente que casi siempre encontrará lo que busca, por muy difícil que parezca.
Un domingo por la mañana la marea humana no cabe en las aceras y, en ocasiones, invade algún carril, con el enfado justificado del rudo conductor de un autobús de dos plantas que no comprende qué demonios hace tanta gente en Camden cada fin de semana. Nadie dijo que ser rebelde fuera fácil, que ir a contracorriente en el río de los convencionalismos conllevase tanta responsabilidad ante uno mismo y hacia los demás compañeros de la tribu que enarbolan la bandera del antes muertos que sencillos. Por ello extreman sus esfuerzos en hacerse con lo último, en querer tocar la vanguardia con las manos con la misma suavidad con la que acarician lo retro. Tendencias hacia delante y hacia atrás pero nunca en el centro, en el punto medio. Para eso estamos los demás, los que sin estar en un lado o en otro nos convertimos en meros espectadores de un toma y daca de libras esterlinas por hebillas de a kilo, vestidos de vampiresa o un collar de bulldog que me temo no esté hecho para sacar al perro.
Precisamente Camden Town Market se escapa del Londres del bombín, de los Musicales de Covent Garden o de la hora del té. Pero esta faceta es tan atractiva que imanta a practicamente todos los turistas que desean encontrarse con algo muy distinto y que, por mucho que alguien les hubiera contado, termina sobrepasando sus expectativas. Como casi siempre ocurre la realidad supera a la ficción.
Todo el mundo es bienvenido a este carnaval dominical, independientemente de dónde y, sobre todo, cómo venga. Pero si se es fan del Rock alternativo, si se quiere llevar el último sombrero de Pete Doherty, emular a Marilyn Manson, sentirse un poco vampiro por un día o simplemente comprarse unas zapatillas deportivas, Camden será el Genio de los Deseos. Aunque aquí basta con ser testigo de los hechos, dejarse llevar por la corriente más underground y perderse por las calles, entrar a un antiguo establo reconvertido en centro comercial, asomarse al Regent´s Canal sentado en la silla de una motocicleta o conocer una tienda llamada Ciberdog en la que incluso actuan DJ´s.
Camden Town Market también cuenta con un factor muy importante para quienes quieran probar gastronomía de muchos países del mundo, sobre todo Asia, y no tienen muchas libras en los bolsillos. Porque si se viene aquí en domingo qué mejor que comer una bandeja de arroz y pollo con curry, o un sinfín de especialidades thailandesas a precios muy asequibles, de las que preparan en los puestos callejeros para que te lleves tu pedido a una mesa al aire libre.
Camden es divertido, extravagante, extremo, insólito, rockero, vampírico, metalero, vintage, moderno y con un espíritu gótico-barroco-setentero a partes iguales. Cada vez que viajo a Londres no quiero perderme semejante espectáculo y por eso regreso al que, sin duda, es algo más que un Mercado. De esa forma me meto de lleno en la Historia de un mañana de Gloria con los hermanos Gallagher y otras estrellas del Pop Británico que, en forma y fondo, están allí también. Sólo basta con imaginarse que en Camden todo es posible.
CUÁNDO IR Y CÓMO LLEGAR A CAMDEN TOWN MARKET
Hoy en día probablemente haya más vuelos baratos a Londres que a cualquier ciudad europea. Da igual cuál sea el aeropuerto (Heathrow, London City, Gatwick, Luton o Stansted) o la aerolínea mientras haya una buena oferta. Particularmente creo que el truco está en comprar con suficiente antelación y se podrá estar en disposición de encontrar un precio asequible. Lo he conseguido con las low cost que salen desde Madrid e incluso últimamente con Air Europa, que también llega a Gatwick, aeropuerto que hasta ahora parecía estar destinado a las clásicas low cost y donde están despegando un buen número de compañías de bandera.
En un viaje a Londres de varios días lo más idóneo es visitar Camden Town Market en domingo. Es su día grande. Por supuesto que actualmente hay tantas tiendas y puestos fijos que se vaya cuando se vaya uno se llevará una gran impresión. Incluso el sábado el ambiente y el gentío en el Mercado de Mercados londinenses son buenísimos. Pero si se dispone de ese tiempo y de esa posibilidad es muy recomendable invertir una jornada dominical e incluso quedarse a comer allí. Aunque esto, por supuesto, conlleva asumir que se acude a un acto multitudinario y a un pequeño caos de transporte que trataré de aclarar a continuación.
La mejor manera de llegar al Mercado de Camden es utilizar el metro. Hay que tomar la línea de color negro y llegar a la Camden Town Station para salir directamente a la calle en Camden High Street. Los días de máxima alfuencia de público, es decir, los fines de semana, los pasajeros se pueden bajar en esta estación de Camden Town, pero con toda probabilidad no les dejarán tomar el metro nuevamente desde esta misma parada. Para evitar que se colapsen los andenes hace varios años que se tomó la decisión de que estos días más complicados la gente utilice otras estaciones cercanas pertenecientes a la misma línea. La que mejor suele venir a todos es la de Chalk Farm, a la que no se tarda ni diez minutos caminando. No tiene pérdida y además viene todo perfectamente indicado.
Los menos vienen en autobús (Líneas: 24, 27, 29, 31, 134, 135, 168, 214, 253, 274, C2) y prácticamente nadie lo hace en coche. No es recomendable puesto que hay tanta gente que aparcar es una quimera y si hubiera hueco en algún parking habría que rascarse el bolsillo puesto que son caros. En esta ocasión me temo que no hay lugar a dudas…
Camden debe ser un indiscutible en cualquier viaje a Londres que se tercie. Bastan unos minutos para sentirse parte de la psicodelia. Urbanitas inconformistas, habréis alcanzado el Paraíso…