En ocasiones veo caminantes blancos, me da por vaticinar la llegada inminente de un largo invierno y miro al cielo esperando que los cuervos me arrojen mensajes secretos. Admito que le tengo pánico a las pelirrojas e incluso ya no voy a una boda a no ser que sea estrictamente necesario. Pero Doctor, no hace falta que me ofrezca un diagnóstico porque soy consciente de la enfermedad incurable que tengo. Siempre estuve enganchado a Juego de Tronos así como de todo lo que ello representaba. Y la ansiedad sólo se me quitaba de dos maneras, con un episodio de la serie o viajando por el mundo. Incluso tanta era mi pasión por la trama de los Lannister o los Stark que en una ocasión me decidí a visitar a Irlanda del Norte para buscar aquellas localizaciones donde se grabaron algunas de las escenas más impactantes de Juego de Tronos. Aunque de ese modo si algo logré fue aficionarme más a esta serie y, por supuesto, a este territorio repleto de sorpresas.
La ruta de Juego de Tronos en Irlanda del Norte se convierte en una excusa formidable para disfrutar de un precioso collage de castillos y abadías en ruinas, del vértigo de asomarse a acantilados afilados como espadas de acero valirio, de los corredores de basalto volcánico hechos para que caminen los gigantes, bosques de cuento de hadas y, en definitiva, algunos de los paisajes más fotogénicos de Europa siguiendo la estela de una de las mejores series de televisión de todos los tiempos. ¿Quieres saber dónde están los escenarios de Juego de Tronos en Irlanda del Norte? Doctor, le pido que me siga en este sendero. Tomemos carretera y manta, y partamos rumbo a Poniente cuanto antes pues la noche es oscura y alberga horrores…
Juego de Tronos, un filón turístico
No cabe duda que la magnitud de Juego de Tronos ha superado cualquier previsión. Se ha convertido en un fenómeno mundial en muchos ámbitos. Entre ellos, el turismo, para el cual ha sido un filón impredecible. Los países que han tenido la suerte de prestar algunas de las localizaciones plasmadas en la serie han atraído un nuevo público ávido de visitar los escenarios en los que se desarrollan los enredos de los Stark, Lannister, Targaryen, Greyjoy, Baratheon, Bolton y compañía. Y es que uno de los pilares básicos de la saga Game of Thrones siempre estuvo precisamente en los lugares en los que se ha grabado esta superproducción. En posición destacadísima Irlanda del Norte, donde se sitúa Titanic Studios (unos de los más importantes estudios a nivel europeo) y que ha vio cómo se utilizaban algunos paisajes y monumentos de este territorio para llevar a cabo numerosas tomas, sobre todo durante las tres primeras temporadas de la serie. Aunque también los tentáculos del producto estrella de la HBO han llegado a Malta, Croacia, Marruecos y en las dos últimas temporadas se ha establecido en muchos rincones de España tales como la Costa Brava, Sevilla, Osuna, Bardenas Reales, el desierto de Almería, el castillo de Zafra en Guadalajara, Euskadi e incluso Peñíscola en la provincia de Castellón.
Irlanda del Norte se convirtió de la noche a la mañana en Poniente, en ese universo paralelo dividido en cuatro continentes y siete reinos en guerra permanente bajo un lúgubre vaticinio por delante de un largo invierno de muerte y caminantes blancos. Los vientos pasados que corrían en uno de los entramados territoriales más complejos del siglo XX han mutado para hacer de este lugar uno de los enclaves más apetecibles para viajar. Y acontecimientos como el rodaje de Juego de Tronos o la inauguración del imponente Museo del Titanic en Belfast han animado la presencia de Irlanda del Norte en el panorama turístico europeo. Y si es para hacer un viaje con coche, moto o auto caravana mejor aún. Aunque haya que pasar el trámite de conducir por la izquierda…
En coche por los escenarios de Juego de Tronos en Irlanda del Norte
Si bien es cierto que a Irlanda del Norte le tenía ganas mucho tiempo antes de que se estrenara la serie Juego de Tronos, la posibilidad de visitar algunas de las localizaciones donde ésta estaba siendo filmada, fue definitivo para que me decidiera a llevar a cabo este viaje. Por supuesto también quería ver algo de Belfast o Derry, así como la Calzada de los Gigantes, único lugar Patrimonio de la Humanidad en territorio norirlandés y para muchos uno de los enclaves de naturaleza más excepcionales del continente europeo.
Hoja de ruta
Para hacer un viaje de cuatro días conduciendo un vehículo de alquiler me serví de la ayuda de la información de la web oficial de Turismo de Irlanda (en castellano) y de su cuenta en Facebook (Descubre Irlanda), así como de la web oficial de Turismo norirlandés (en inglés) donde pude consultar, entre otras cosas, un mapa interactivo de las localizaciones de Juego de Tronos con bastantes datos sobre la filmación de la serie. Eso, apoyado en que algunos de estos escenarios pasaban por la ruta costera de la Calzada, que por supuesto estaba dispuesto a realizar en coche, me sirvió para decantarme por ocho de estos emplazamientos.
Lugares visitados de Irlanda del Norte que aparecen en Juego de Tronos
Ahora sí, vamos uno a uno, a través de los escenarios visitados durante este viaje al Poniente de Juego de Tronos. En Irlanda del Norte, como veréis, no sólo comienza la historia sino que sigue transcurriendo buena parte de la misma:
Dundrum Castle y Tollymore Forest Park (El bosque encantado del norte)
Primera parada de la ruta (llegué volando desde Madrid a Dublín) por Irlanda del Norte: Newcastle. O más bien sus alrededores, cuyos paisajes empiezan a resultarnos familiares. Por ejemplo en los adentros de conocido como parque forestal de Tollymore varios soldados de la Guardia de la Noche se encuentran con los caminantes blancos en el prólogo de la serie. Incluso de allí trata de escapar de ser capturado Theon Greyjoy por parte de Ramsay Bolton, aunque sin demasiada ventura (vaya lo que tuvo que soportar el pobre Theon más adelante).
Pero Tollymore, un buen comienzo de la ruta de Juego de Tronos, también nos deja el sueño de Bran en el que empieza a perseguir al cuervo de tres ojos. O cuando los Stark encuentran los cachorros de huargo. No cabe duda que a este bosque, y con razón, los productores de la serie le han sacado mucho partido. Sus puentes de piedra y portones medievales en el camino son los antecesores de un espacio natural al que le sienta especialmente bien en otoño.
A escasos 15 kilómetros las ruinas del castillo de Dundrum, en lo alto de una colina al norte de Newcastle y junto a un bosque bastante denso del que también se han hecho diversas tomas, permiten otear la costa del Mar Irlandés dentro de un entorno más medieval imposible.
Castle Ward (Invernalia)
En Castle Ward empezó todo. Aquí se sitúa la Invernalia de los primeros capítulos, esos en los que aún los Stark se las prometían felices hasta la llegada del Rey Robert Baratheon y su séquito de Lannisters. Invernalia (Winterfell en inglés) y el castillo de la Casa Stark existe dentro de una antiquísima propiedad señorial conocida como Castle Ward, a orillas del Strangford Lough en el condado de Down y a escasos quince minutos en coche desde la ciudad de Downpatrick (en cuya catedral fue enterrado San Patricio).
Si hay un lugar emblemático de Juego de Tronos en Irlanda del Norte no hay duda de que éste es precisamente Castle Ward. En uno de los patios de la finca (tiene varias hectáreas y se puede recorrer en coche, en bici o a pie) se grabaron los exteriores del Fuerte de los Stark. Allí es donde el pequeño Bran empieza a hacer sus primeros pinitos con el arco mientras su padre Ned le imparte sus enseñanzas. De hecho, tras el éxito de la serie, existe la posibilidad real de practicar tiro con arco frente a la torre del reloj de Invernalia siendo instruido por el mismo arquero (William van der Kells) que se ocupó de que los actores tuvieran cierto estilo para la filmación.
La extensión de Castle Ward requiere que si se quiere ver bien, saliéndose ya del tema Juego de Tronos, da para varias horas. Está en un entorno privilegiado que incluye también una mansión del siglo XVIII que bien parecería sacada de otra serie como Downtown Abbey por su aspecto.
Apenas a cuatro kilómetros hay otro torreón conocido como Audley’s Castle que también aparece en Juego de Tronos, en unos momentos como castillo de los Guardianes de la Noche y en otros como el lugar en el que apresaron a Sir Jaime Lannister para llevarlo a los Stark.
Inch Abbey (el campamento de Robb Stark)
Sin alejarnos más que una milla de la catedral de Downpatrick o de Castle Ward aparece una de las localizaciones de Juego de Tronos que más me gustaron. Se trata de la Abadía de Inch en la orilla norte del río Quoile, cuyas ruinas (que tanto recuerdan a las abadías abandonadas de North Yorkshire en Inglaterra) así como alrededores aparecieron en la serie en momentos importantes.
La abadía cisterciense de Inch, de la que quedan algunos de los muros de este monumento anglo-normando del siglo XII, sirvió como set de rodaje en Juego de Tronos cuando, por ejemplo, Catelyn Stark se enteró de la muerte por decapitación de su marido Ned Stark. Pero también fue el lugar elegido para que Robb Stark fuese proclamado allí mismo como Rey del Norte.
Inch Abbey se puede visitar todos los días y la entrada es totalmente gratuita. Y, aunque no tuviera nada que ver con Juego de Tronos, recomiendo su visita. Además tiene unas vistas fabulosas de Downpatrick y es un lugar ideal para pasear (razón por la que los locales vienen cuando llega la tarde).
Las cuevas de Cushendun (el inusitado paritorio de Melisandre)
Ya dentro de la conocida como Ruta Costera de la Calzada (Causeway Coastal Route), uno de esos recorridos de costa que podría definir como «imprescindibles» en el continente europeo, tuve la suerte de conocer más emplazamientos de Juego de Tronos. Como, por ejemplo, Cushendun, una pequeña y adorable localidad junto al mar el Condado de Antrim. Con algo menos de 150 habitantes se ha convertido en una parada esencial para los aficionados a Juego de Tronos. Y es que en una de sus cuevas que hay como resultado su accidentada orografía, Melisandre, más conocida como «la mujer roja» fue llevada por Sir Davos para engendrar una sombra demoníaca y así asesinar a Renly Baratheon, el hermano y enemigo del postulante al trono, Stanis Baratheon.
Encontrar las cuevas de Cushendun no me resultó fácil porque no me percaté de señalización alguna y no había un alma en la calle a quien preguntar. Pero con paciencia terminé llegando al lugar exacto. Es bastante fácil si se conoce de antemano, por supuesto. La cueva donde fue filmada la escena de Melisandre pariendo la sombra (así como su anterior llegada en barco con Davos) se halla justo detrás de una hilera de edificios blancos. Si vamos desde el sur (Glenarm o Glenariff) no hay que llegar a cruzar el puente del río Glendun, que es el que desemboca precisamente en Cushendun, sino seguir con el coche por dichos edificios para justo detrás ver la cueva. Hay, como en otras localizaciones de Juego de Tronos, un cartel que habla del escenario y de algunas particularidades del rodaje.
Es un entorno muy fotogénico al que acuden varias especies de aves marinas. Cushendun es una joya a la que la Causaway Coastal Route y la Game of Thrones Route le ha sacado brillo.
Puerto de Ballintoy (Las Islas del Hierro)
Cuando en Ballintoy me aproximé con el coche al viejo puerto pude disfrutar de unas vistas excepcionales de todo un reino de Juego de Tronos. Cielo gris, mar rebelde y un montón de islas rocosas flotando en el horizonte. En efecto, estaba llegando a las Islas del Hierro tal y como lo hizo anteriormente Theon Greyjoy, a pesar de que el joven criado por los Stark no tuviera entonces el mejor de los recibimientos.
Debajo al pie de una playa cubierta de algas y piedras es imposible contar todo el número de islotes que hay. Una tienda de recuerdos donde también uno se puede tomar un café, un puerto minúsculo y un torreón medieval es lo único que hay abajo del que se considera uno de los sets de rodaje más fabulosos que tiene Juego de Tronos en el Norte de Irlanda. Y para el que no hubo que hacer demasiados añadidos con ordenador, puesto que aquello es tan salvaje como pinta en la serie el reino de los Greyjoy. Si avanzamos unos metros a pie dejando a un lado el puerto hay una pequeña cala, si se le puede llamar así, en la que el propio Theon fue consagrado al Dios Ahogado.
Pocos kilómetros antes de Ballintoy se encuentra Carrick-a-rede, utilizado para grabar los paisajes de Stormlands y el campamento de Renly Baratheon, aunque también ha sido varias veces una de las localizaciones de la Isla del Hierro. Famoso por su puente colgante de cuerdas (creado realmente por los pescadores) sale en varias temporadas de la serie. De hecho, aunque no está confirmado, podría ser el puente desde el que Balon Greyjoy, padre de Theon y Yara, es arrojado a las rocas por su hermano Euron al comienzo de la sexta temporada.
The Dark Hedges (El Camino Real)
Si alguien busca un escenario de Juego de Tronos en Irlanda del Norte en el que no es necesaria la imaginación para sentirse dentro de la serie le doy un consejo rápido. Que se vaya a los conocidos como setos oscuros (The Dark Hedges). En realidad de trata de un largo camino donde las hayas doblan sus troncos y las ramas de uno y otro lado se abrazan, ofreciendo un túnel arbóreo propio otros mundos de fantasía. Este curioso sendero de árboles entrelazados nació por la intención de la familia Stuart en el siglo XVIII de impresionar a los visitantes que se dirigieran a su mansión georgiana de Gracehill.
Pero en el universo de Juego de Tronos los setos oscuros son el «Camino Real» por el que Arya Stark escapa disfrazada de chico tras la decapitación de su padre. Y allí se encuentra con personajes a los que trasladaban al muro para formar parte de la Guardia de la Noche (como, por ejemplo, el hijo bastardo de Robert Baratheon, un peligro para la ambición Lannister). Sería entonces un lugar a las afueras de Desembarco del Rey como así recuerda una pequeña inscripción en el sendero.
The Dark Hedges se encuentra próximo a la localidad de Balleymoney y, aunque cada vez hay más señales que indican donde está, lo mejor es si se lleva GPS poner Bregagh Road como dirección final. De una forma u otra, o por intuición o preguntando, uno termina llegando. Está apenas a 15 minutos tierra adentro desde Ballintoy.
Tuve la suerte además de que, como había caído un gran chaparrón, pudiese recorrer a solas The Dark Hedges y disfrutar de tan icónico emplazamiento. Algo que últimamente no es tan fácil debido al éxito de la serie y de los tours vendidos en Belfast en los que se hace la ruta de Juego de Tronos en Irlanda del Norte.
El castillo de Dunluce (residencia Greyjoy)
Pasado Bushmills, a pocos kilómetros de la Calzada de los Gigantes las ruinas de un castillo desafían al océano desde una aparentemente frágil atalaya rocosa. Nos encontramos en el castillo de Pyke en el que residen los gobernadores de las Islas del Hierro de Juego de Tronos. Aunque aquí sí debo decir que la reconstrucción por ordenador hace que el real, muy deteriorado aunque super fotogénico colgando del acantilado, no tenga casi nada que ver con el que uno puede observar en la televisión. Hay que echarle imaginación para ver allí el castillo Greyjoy que se observa en el segundo capítulo de la segunda temporada.
Downhill Strand (Rocadragón)
Sin salirse de la Ruta costera de la Calzada, aunque cerca ya de llegar a su fin, hay otro escenario de Juego de Tronos al ras del océano. Desde la playa de Downhill (en Castlerock) las paredes de los acantilados muestran lo que para la serie es Rocadragón. Dicha playa sirvió además para grabar cómo Melisandre y sus acompañantes (entre los que se encontraban Stanis Baratheon y Sir Davos) prendían fuego a las estatuas de los siete dioses para honrar al Señor del Luz.
Pero mi consejo es que para disfrutar mejor de la zona uno lo vea desde arriba subiendo a la Mansión del Obispo de Derry, Frederick Augustus Hervey, y llegando hasta el filo del acantilado donde prácticamente culga un templo circular (Mussenden) modelado a la imagen y semejanza del templo romano de Vesta. Los jardines que hay a la entrada son extraordinarios y las vistas merecen la pena, así como comprobar lo que queda de la mansión fortificada del obispo, que fuera seriamente dañada durante la II Guerra Mundial.
¿Y para cuándo la Calzada de los Gigantes?
Este último no es un escenario de Juego de Tronos en Irlanda del Norte pero podría serlo perfectamente. Un sendero de grandes piedras hexagonales de basalto producidas por el enfriamiento de la lava en el agua es, de lejos, el paisaje estandarte del territorio norteño. Pocas imágenes del norte de Irlanda son tan famosas como la de este lugar creado, según la leyenda, por un gigante llamado Finn McCool, que quiso luchar contra otro gigante en las costas escocesas, Bernadonner, y para ponerse frente a él arrojó grandes piedras al mar para hacer una calzada. Pero cuando vio que Bernadonner era más grande y más fuerte que él salió huyendo. El gigantón escocés fue a por él enfadado, pero McCool se escondió en casa de su esposa, la cual le disfrazó de bebé y se lo enseñó al malvado Bernadonner. Éste, al ver un bebé con semejantes proporciones, no quiso imaginarse cómo sería su padre y volvió a Escocia despavorido destruyendo la calzada, de la cual quedó lo que se puede visitar hoy día.
Estando allí no pude evitar preguntarme por qué razón no se había utilizado la Calzada del Gigante en Juego de Tronos. Aquí no hubiera hecho falta ni ordenador ni retoque alguno. Por sí sola hubiera proporcionado a la serie un escenario asombroso digno para una producción de semejante calibre.
Y aquí terminó mi viaje a Irlanda del Norte, aunque después regresara a Belfast y llegara hasta las mismísimas puertas de Titanic Studios, donde me fue imposible acceder como es lógico (por fortuna al lado está el Museo del Titanic, de recomendable visita). De recuerdo último me quedaron los graffitis del Commercial Court de Belfast con la imagen de Joffrey sosteniendo la cabeza de Stark y el rostro poco amigable de un caminante blanco sobre un fondo color rojo.
Aunque las noticias que llegan alientan un regreso en cuanto sea posible. Y es que a lo largo de 2021 está previsto que abra el primer parque temático de Juego de Tronos en Irlanda del Norte, concretamente en la localidad de Banbridge (apenas a 40 km al suroeste de Belfast (y a hora y media en coche desde Dublin), el cual contará con una muestra de piezas originales, recreaciones fidedignas de los sets de rodaje más emblemáticos así como experiencias inmersivas para creerse definitivamente que los dragones existen y las rompedoras de cadenas no lo son tanto.